Previo a la Noche de Brujas, nos volvimos a encontrar en otra etapa de la Agrupación de Atletas, esta vez la número 16 de este año, algunos ya estamos sintiendo el cansancio, y se puede decir que acorde con la fecha, venimos muertos.
Previo a la largada, algo retrasada por el corte de tránsito, se realizó la entrega de una plaqueta al presidente de la AAU, Edison Pellejero, y se dijeron algunas palabras al respecto. Debido a que el sonido no estaba ubicado de tal forma que los corredores pudieran oírlo, la mayoría ni se entero de este homenaje, se llegaron a escuchar silbidos, aplausos y gritos, seguramente por no entender el motivo de la demora.
Una vez comenzada la carrera nos encontramos con una pronunciada bajada que nos llevaría rápidamente a ingresar a la avenida Batlle y Ordoñez, preciosa postal de varias cuadras de corredores (o almas, como más gusten) por esta importante arteria de tránsito que fue cortada de buena manera para un buen desarrollo de la etapa.
Una vez que dejamos atrás la avenida, comenzó otra historia, muchas curvas de un lado a otro y varias subidas muy pronunciadas, de tanto dar vuelta ya no tenía idea de donde estaba, busqué en más de una oportunidad la Iglesia del Cerrito para tener un punto de referencia, aunque en algunos momentos no lograba verla. Esta primera vuelta se hizo bastante larga, más que nada por lo difícil de tanta pendiente y el desconocimiento del circuito. Ya al comienzo de la segunda vuelta, comenzaron a caer algunas gotitas, no demasiadas, pero que igual ayudaron a refrescarnos.
Durante todo el recorrido vimos muchos niños disfrazados, lo que fue un detalle pintoresco de la etapa, así como algunos compañeros, verdaderos fantasmas, que también se produjeron para correr con mascaras, cuernitos y hasta algún disfraz completo.
En resumen una linda y muy dura etapa, salvo la demora inicial, muy bien organizada.
Felicitaciones para nuestro compañero Maxi, quien logro su primer podio en categoría menores llegando en tercer puesto, de a poco y con mucha constancia siempre se alcanzan nuestras metas.
César Tubino.
Previo a la largada, algo retrasada por el corte de tránsito, se realizó la entrega de una plaqueta al presidente de la AAU, Edison Pellejero, y se dijeron algunas palabras al respecto. Debido a que el sonido no estaba ubicado de tal forma que los corredores pudieran oírlo, la mayoría ni se entero de este homenaje, se llegaron a escuchar silbidos, aplausos y gritos, seguramente por no entender el motivo de la demora.
Una vez comenzada la carrera nos encontramos con una pronunciada bajada que nos llevaría rápidamente a ingresar a la avenida Batlle y Ordoñez, preciosa postal de varias cuadras de corredores (o almas, como más gusten) por esta importante arteria de tránsito que fue cortada de buena manera para un buen desarrollo de la etapa.
Una vez que dejamos atrás la avenida, comenzó otra historia, muchas curvas de un lado a otro y varias subidas muy pronunciadas, de tanto dar vuelta ya no tenía idea de donde estaba, busqué en más de una oportunidad la Iglesia del Cerrito para tener un punto de referencia, aunque en algunos momentos no lograba verla. Esta primera vuelta se hizo bastante larga, más que nada por lo difícil de tanta pendiente y el desconocimiento del circuito. Ya al comienzo de la segunda vuelta, comenzaron a caer algunas gotitas, no demasiadas, pero que igual ayudaron a refrescarnos.
Durante todo el recorrido vimos muchos niños disfrazados, lo que fue un detalle pintoresco de la etapa, así como algunos compañeros, verdaderos fantasmas, que también se produjeron para correr con mascaras, cuernitos y hasta algún disfraz completo.
En resumen una linda y muy dura etapa, salvo la demora inicial, muy bien organizada.
Felicitaciones para nuestro compañero Maxi, quien logro su primer podio en categoría menores llegando en tercer puesto, de a poco y con mucha constancia siempre se alcanzan nuestras metas.
César Tubino.